El bullying escolar
no es un juego de niños
Nos han hablado tanto del bullying o acoso escolar, lo hemos escuchado y leído tanto…
1. Maltrato físico: cualquier daño o intento de daño físico intencional causado a un menor de edad (golpes, heridas, quemaduras, etc.)
2.Maltrato Sexual: cualquier acceso o intento de relación, de carácter sexual hacia un menor de edad (caricias, toques, explotación, exposición a la pornografía y otros tipos de contacto genital).
3.Maltrato psicológico: cualquier daño a la autoestima, seguridad y desarrollo personal causado intencionalmente a un menor de edad. (gritos, frases ofensivas, discriminación, menosprecio, humillación).
4. Abandono: negligencia y desatención por parte de padres o tutores legales, a las necesidades básicas de un menor de edad (comida, salud, educación, supervisión, etc.)
* Golpes, moretones o cicatrices: son tal vez la señal más evidente de un maltrato físico. Si encuentras alguna de estas señales pregúntale al niño qué ha pasado e intenta encontrar “fallas” en su historia. Es normal que un niño se golpee en su día a día, por eso, y para estar seguro, busca patrones o formas en sus heridas, por ejemplo: formas de hebillas, correas, manos, etc.
* Desconfianza ante adultos y ante contacto con ellos: la manera en la que se relaciona un niño con su entorno puede darte señales de alerta; prende la alarma si identificas cambios de comportamientos repentinos frente a los adultos con los que tiene contacto normalmente. Esta forma instintiva de protección puede indicar una relación no positiva entre ambos.
* Pocas ganas de ir a casa: este tip aplica para maestros o para ver en otros niños diferentes a tus hijos. Un niño que no quiera volver a casa y que busque excusas para dilatar ese momento de llegada al hogar, que se supone que es el espacio más seguro que tiene, es una señal de que algo puede no andar bien en ella. Indaga y conoce más a fondo las razones antes de sacar alguna conclusión, pero es una buena primera pista.
* Ropa para ocultar heridas: un comportamiento común en niños víctimas de maltrato físico es buscar ocultar las evidencias de que lo sufren; bien sea por miedo a ser juzgados, miedo a las consecuencias o porque piensan que es culpa de ellos. Observa e identifica comportamientos anómalos en la forma de vestir de tus hijos, como por ejemplo, llevar mangas largas o sweaters constantemente, aún cuando hace calor.
* Evitar personas sin razón aparente: una conducta escurridiza repentina ante ciertos adultos, puede ser una señal de una profunda desconfianza que puede esconder una historia de maltrato sexual. Sobre todo, si esa actitud de huida se da principalmente, no solo ante la presencia, sino ante el contacto físico, por mínimo que sea.
* Señales en su ropa: prende la alarma si encuentras rastros de sangre u otros fluidos indeterminados en la ropa interior de tus hijos. Estos pueden ser indicadores de actividad sexual.
* Heridas, dolor o picazón en el área genital: aunque pueden ser provocadas por diferentes razones, la razón, tristemente más común, es por algún contacto genital, sobre todo cuando el cuerpo no está preparado físicamente para tenerlo. Ante esta señal, indaga las causas preguntando al niño y consultando a un profesional de la salud para determinar su posible origen.
* Comportamiento sexual “avanzado” para su edad: un niño que exprese un comportamiento sexual diferente al que se espera “normal” a su edad, puede significar una exposición a material o a situaciones sexuales explícitas que está teniendo en otros entornos.
* Falta de seguridad: el sometimiento psicológico que conlleva la exposición al maltrato psicológico, puede hacer un gran daño en la seguridad y autoestima de un niño.
Observa además cambios de comportamiento, en donde el niño exprese poca o nula seguridad, incluso para desempeñar tareas simples.
* Incapacidad de exteriorizar sentimientos: esta es una señal relacionada con la anterior y que puede estar ligada a los mismos motivos: una autoestima minada por maltratos. Un niño, incapaz de mostrar sus sentimientos, puede tener tras de sí, un entorno familiar que le obligue a esconderlos.
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* Comportamientos extremos: presta atención a comportamientos extremadamente obedientes y sumisos o extremadamente rebeldes y violentos. Los primeros pueden ser producto de un ambiente familiar que le someta y obligue al borde de hacerle entender que ese debe ser su comportamiento en todo momento; los segundos, pueden ser el resultado de un mecanismo de defensa o copia frente a comportamientos igualmente violentos que encuentra en su hogar.
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* Somatización de problemas: el cuerpo siempre exteriorizará lo que pasa en la mente. Un niño con constantes e inexplicables dolores de cabeza o de estómago, puede estar manifestando situaciones complejas que pasan en su cabeza, producto de problemas y situaciones que no es capaz de “digerir” en el hogar.
El abandono también constituye una clara muestra de maltrato infantil, por eso aquí te damos algunas señales que te podrán alertar si algún niño o niña sufre posiblemente de abandono.
* Higiene pobre: un niño con higiene descuidada, denota falta de atención de sus padres o tutores. Esta es una de las señales más evidentes de un posible caso de abandono.
* ¿Qué carga en su lonchera?: Si eres un profe leyendo este artículo, puedes encontrar señales en los hábitos de consumo de tus estudiantes. Un niño que cargue pocos o ningún alimento en su lonchera o que dosifique su comida para lo largo del día, puede ser un niño que no esté recibiendo la suficiente atención por parte de sus padres. Esto suele estar acompañado de apariencia de peso y talla menores a las esperadas.
* Falta a clases: otra de las señales de alerta para profes, es un niño que falte frecuentemente al colegio, sobre todo si sus razones para faltar luego suenan forzadas o sin sustento y justificante de sus padres.
Ten en cuenta lo siguiente: siempre que identifiques un posible caso de maltrato infantil, no lo pienses dos veces antes de levantar el teléfono y denunciar. Puedes ser de gran ayuda.
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