Es, literalmente, el primer núcleo familiar, es decir: padres e hijos nada más. Esta es, generalmente, la de más cercanía y la de mayor importancia, al ser con quienes pasamos más tiempo en nuestro desarrollo.
Es, además de la familia nuclear, nuestros abuelos, tíos y primos. Es un círculo más amplio pero que ayuda a nuestros hijos a comparar, a entenderse en relación con otros, a entablar relaciones de amistad entre primos o a confiar en otros adultos que no sean sus padres.
Aunque las dos anteriores son los tipos de familia más comunes, a hoy, existen familias de un solo padre, de padres del mismo sexo, de hijos criados por sus abuelos, hijos criados por sus hermanos mayores y muchas otras combinaciones que hacen que hablar de familia, no sea un tema que se pueda tocar a la ligera.
No importa cuál sea tu definición de familia, lo más importante de definir la familia que tu hijo reconocerá como propia, es el poder darle la importancia que esta tiene y tendrá durante su desarrollo y el resto de su vida. Independientemente de su composición, la familia es esa primera comunidad o “sociedad” en la que tu hijo encontrará estímulos, valores y maneras de relacionarse que le moldearán como persona, por lo que es importante que le enseñes a valorarla, cuidarla y a ser miembro activo de la misma.
Un buen ejercicio, (que además sirve como ejercicio de manualidades), es el de realizar un árbol genealógico, así, podrá conocer de dónde viene y su posición dentro de la familia. Enséñale además, algo de historia de quienes le precedieron para que entienda porqué y cómo está allí.
El respeto es la base de la convivencia, por eso es importante promoverlo y mantenerlo como base de todas las relaciones. Entender el valor de los años y de quienes han estado antes que nosotros, ayuda a entender su experiencia y la necesidad de respetarla. Sin embargo, está bien formar criterio en tu hijo y hacerle ver que no se debe obedecer ciegamente a nadie que no sean sus padres.
Es tal vez la forma más efectiva de formar lazos fuertes y duraderos. Familia que comparte unida, permanece unida. Busca actividades para compartir amor en familia: juegos, paseos, conversaciones y facilita espacios de reunión diarios: la cena, el desayuno, la rutina antes de dormir, y haz que este tiempo juntos sea de valor, busca que sean lo más divertidos, productivos, interesantes que puedan ser. Así, tu hijo buscará seguir compartiendo en familia y no lo sentirá como una imposición.
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