La misión de tu hijo:
Aprender a ser feliz

Todos los días como papás nos estamos haciendo muchísimas preguntas sobre nuestros hijos, pero sin lugar a dudas una de las más importante es: ¿cómo hacer que mis hijos aprendan a ser felices?
Tal vez tengas muchos sueños y planes con tu hijo, tal vez ya pintes en tu cabeza los próximos 10 o 15 años de su desarrollo hasta convertirse en adulto, pero no pierdas de vista que el objetivo principal de tu hijo en el día a día debe ser uno solo:

Es importante que tú comprendas lo que te hace feliz como padre, lo que crees que haría feliz a tu hijo y lo que realmente le haría feliz. Recuerda que un ambiente familiar saludable es una de las claves para educar niños felices. Si quieres saber más, te invitamos a leer una entrada muy familiar:
Comparte con tu hijo la importancia de la familia.
Ahora bien, ¿quieres que te ayudemos a saber cómo hacer que tus hijos aprendan a ser niños felices? Ten en cuenta los siguientes consejos:

Deja a tus hijos vivir sus propios sueños

Te sorprendería saber lo común que es que los padres, quieran vivir sus sueños a través de sus hijos. Forzar a tu hijo a realizar tareas o actividades de las que no está del todo convencido, no sólo pone una gran presión sobre sus hombros, sino que también puede conducir a frustraciones al sentirse atrapado en algo que no es lo suyo o simplemente no disfruta. Por eso, es fundamental que le preguntes constantemente qué le gusta e impulsarlo a seguir sus pasiones entendiendo cuáles son sus talentos, o ayudarle a descubrirlos. Seguro, con cada logro que vaya obteniendo se volverá cada vez un niño más feliz, y tú, un padre o una madre más orgullosa.

La indecisión es normal

Entender qué quiere y qué le gusta a tu hijo, es una tarea difícil. Tu hijo pasará por muchas etapas de experimentación en donde empezará a tomar sus decisiones sobre su configuración del mundo: qué le gusta y qué no. Es un proceso que debes de supervisar responsablemente ejerciendo una observación activa. Recuerda que para lograr hijos felices, debes identificar talentos, habilidades o motivaciones que conducen a tu hijo a la satisfacción de hacer lo que le apasiona y conviértelos en sus potenciadores de felicidad.

¿Qué potenciadores de felicidad tienen a la mano?

Identifica, además, que otros potenciadores de felicidad actúan en tu hijo: personas, espacios, momentos, colores, música, actividades, pensamientos… tenlos siempre en tu kit de herramientas listos para acudir a ellos y ayudarle a tu hijo a buscarlos o tenerlos a diario en su vida. Los potenciadores de felicidad más rápidos para un niño siempre serán sus padres, el juego y sus amistades. Jugar con sus amigos no solo les distrae, sino que tiene efectos increíbles en el desarrollo de su imaginación, de habilidades básicas y complejas, en la manera en la que se relaciona con los demás; en otras palabras, en todo lo que hace feliz a un niño. ¿O acaso no fuiste feliz jugando con tus amigos de infancia? Son recuerdos lindos, ¿verdad?
Para hacer que tus hijos sean felices, debes recordar que la vida debe tener un propósito y un sentido. Para esto, te invitamos a leer un poco más sobre cómo hacer que los niños vivan con sentido
Por último, recuerda que el factor más importante cuando hablamos de felicidad en un niño: el amor de su familia. La familia es el grupo más importante con el que se relacionará tu hijo y sus vínculos de amor, van a moldear mucho de lo que será como persona. (En este artículo te contamos más sobre la importancia de la familia) Por eso, es vital que en tu familia nunca exista el miedo a expresar el amor, a decirse todos los días lo mucho que se quieren quieren, se necesitan y se valoran. No podemos vivir sin amor y la familia es y será nuestro primer y gran amor.

¿Qué destructores de felicidad hay cerca?

También, es necesario identificar lo que no hace feliz a tu hijo. Hay muchísimos drenajes de felicidad que pueden estar desviando a tu hijo de esta necesidad y derecho básico de ser feliz. Al igual que con los potenciadores, identifica personas, momentos, sensaciones, recuerdos, actividades y un sinfín de posibles destructores o bloqueos de felicidad que deberás ayudar a sortear de la mejor manera. Teniendo esta lista clara, tu hijo podrá empezar a disfrutar de su felicidad.

Felicidad no es permisivida

Que ayudes a tu hijo a cumplir su propósito de ser feliz, no significa que pueda hacer todo lo que quiera a toda costa. No confundas felicidad con permisividad excesiva. Recuerda que necesitas establecer límites, reglas y momentos para todo, las reglas no son necesariamente restricciones, son acuerdos para que lo que sea que hagamos funcione bien para todos.
Ejerce una paternidad/maternidad responsable haciendo de su felicidad tu responsabilidad; empieza desde casa con el amor y regálale siempre la tranquilidad de tener una familia que le conoce, entiende y acepta. Busca siempre y permite que tu hijo sea feliz. Además de seguir estos consejos básicos, conversa con tu hijo regularmente para conocer muy bien qué le motiva, qué le asusta, qué quiere, qué no le gusta y más.Conócelo y haz que se conozca.